Lo jurídico no está excento de relatos legendarios y misteriosos. Uno de los más conocidos corresponde a la extraordinaria vida de Jaime Galté, quien fuera abogado de la Contraloría, profesor de la Universidad de Chile, y destacado médium, por cuyo intermedio el encarnado Dr. Lowe transmitía mensajes de amor y tolerancia, en un par de libros que lamentablemente no se han reeditado ( Ante el umbral y En el umbral son los más conocidos). El caso que públicó un libro en la Editorial Jurídica de Chile titulado Manual de Organización y atribuciones de los Tribunales, y respecto del cual ronda el mito que llevar un ejemplar hace que el alumno apruebe el examen que rinda.
Otro mito es quien forre sus Código Civil demorará en titularse o simplemente no lo hará. Una variante incluye el empaste del ejemplar.
Existe una amplia veneración a las animitas, pequeñas ( aunque a veces no tan discretas) edificaciones que recuerdan un hecho trágico, generalmente una muerte violenta. Uno de los destinatarios de tales prerrogativas es José Belardo Nuñez, quien fuera destacado abogado y educador, y cuya tumba está emplazada en el Cementerio General de Santiago. Sin embargo la animita más concurrida por los estudiantes en sus exámenes es la del ex presidente José Manuel Balmaceda, y que se encuentra también en dicho camposanto. Hasta allí han llegado por generaciones alumnos de todo tipo que dejan escritas sus peticiones, sea en las murallas o en papeles que arrojan al interior del mausoleo, aunque curiosamente nunca se ha visto alguna placa de agradecimientos por el favor concedido por aprobar.
Llama la atención que no se haya creado un culto por parte de los estudiantes de Derecho en torno a Alberto Hurtado, santo chileno que precisamente fue abogado. Nuestros colegas y estudiantes parecen referir encomendarse a san Expedito ( o incluso a santa Rita de Casia, o san Judas Tadeo, especialistas en causas perdidas), antes que san Raimundo de Peñaflor (patrono de la profesión), aunque otros atribuyen tal rol a san Ivo o a Tomás Moro.
(Texto extraído: "Manual del Estudiante de Derecho" de don Carlos López Díaz.)
Otro mito es quien forre sus Código Civil demorará en titularse o simplemente no lo hará. Una variante incluye el empaste del ejemplar.
Existe una amplia veneración a las animitas, pequeñas ( aunque a veces no tan discretas) edificaciones que recuerdan un hecho trágico, generalmente una muerte violenta. Uno de los destinatarios de tales prerrogativas es José Belardo Nuñez, quien fuera destacado abogado y educador, y cuya tumba está emplazada en el Cementerio General de Santiago. Sin embargo la animita más concurrida por los estudiantes en sus exámenes es la del ex presidente José Manuel Balmaceda, y que se encuentra también en dicho camposanto. Hasta allí han llegado por generaciones alumnos de todo tipo que dejan escritas sus peticiones, sea en las murallas o en papeles que arrojan al interior del mausoleo, aunque curiosamente nunca se ha visto alguna placa de agradecimientos por el favor concedido por aprobar.
Llama la atención que no se haya creado un culto por parte de los estudiantes de Derecho en torno a Alberto Hurtado, santo chileno que precisamente fue abogado. Nuestros colegas y estudiantes parecen referir encomendarse a san Expedito ( o incluso a santa Rita de Casia, o san Judas Tadeo, especialistas en causas perdidas), antes que san Raimundo de Peñaflor (patrono de la profesión), aunque otros atribuyen tal rol a san Ivo o a Tomás Moro.
(Texto extraído: "Manual del Estudiante de Derecho" de don Carlos López Díaz.)
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