Ser Abogado.
En la sed insaciable de justicia,
en la lucha que libra día a día,
en victoria que a poco se acaricia,
en derrota que nunca se porfía.
En estudio que nunca se termina,
en horas de vigilia meditando,
en senda que con pena se camina,
en la ley y el derecho razonando.
En días que, tal vez con sinsabores,
el esfuerzo se ve recompensado,
cuando el triunfo por fin se ve alcanzado
y sólo se reciben los honores.
En permanente afán de llegar lejos,
en doctrina tener savia bebida,
en seguir del maestro los consejos,
en hacer de la lealtad forma de vida.
En defensa tenaz del desvalido,
en la ley aplicada justamente,
en hacer de la impiedad fruto prohibido,
en luchar con denuedo y ser valiente.
Encarar la adversidad o vida aciaga,
en busca de inspirar los avatares,
en la sensibilidad, Ponciano Arriaga,
en firmeza y honradez, Benito Juárez.
En momentos inciertos y de duda,
en que vemos la meta más lejana,
en sabia inspiración de letra muda,
en recompensa al fin de senda llana.
Y entonces así, como un gigante,
emerge convertido en abogado,
el afán de la búsqueda constante
en ideal de justicia realizado,
aquel sueño que tuvo una estudiante.
POR BENJAMÍN VÁSQUEZ
aquel sueño que tuvo una estudiante.
POR BENJAMÍN VÁSQUEZ
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